A principios de septiembre leía en El País de España un reportaje sobre los ritmos caraqueños que, habiendo surgido en tribus urbanas de los barrios de la capital venezolana, han llegado a cautivar el mercado musical europeo.
El ‘tuki’, la música de Venezuela que conquista el mundo anunciaba la presentación del documental ¿Quién quiere tuki?, en el que djs y bailarines explican la génesis del género musical made in Venezuela: la changa tuki.
Luego de que la salsa y el hip hop tendieran un puente entre el proletariado y la clase media caraqueña, la changa tuki ahora tiene no solo la posibilidad de lanzar un nuevo cable, sino de conectar, de la misma forma que lo hicieron otras expresiones latinoamericanas con características similares, como el baile funk en Brasil, el reguetón en Puerto Rico o el tribal guaracheo en México, al gueto con el mundo.