Encrucijada

If you could save only one thing: either the last known copy of Shakespeare’s plays or some anonymous human being. What would you do?

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Instrucciones de cómo llegar al cielo

La rayuela se juega con una piedrita que hay que empujar con la punta del zapato. Ingredientes: una acera, una piedrita, un zapato, y un bello dibujo con tiza, preferentemente de colores. En lo alto está el cielo, abajo está la tierra, es muy difícil llegar con la piedrita al cielo, casi siempre se calcula mal y la piedra sale del dibujo. Poco a poco, sin embargo, se va adquiriendo la habilidad necesaria para salvar las diferentes casillas (rayuela caracol, rayuela rectangular, rayuela de fantasía, poco usada) y un día se aprende a salir de la tierra y remontar la piedrita hasta el cielo, hasta entrar en el cielo, (Et tous nos amours, sollozó Emmanuèle boca abajo), lo malo es que justamente a esa altura, cuando casi nadie ha aprendido a remontar la piedrita hasta el cielo, se acaba de golpe la infancia y se cae en las novelas, en la angustia al divino cohete, en la especulación de otro cielo al que también hay que aprender a llegar. Y porque se ha salido de la infancia (Je n’oublierai pas le temps des cerises, pataleó Emmanuèle en el suelo) se olvida que para llegar al cielo se necesitan, como ingredientes, una piedrita y la punta de un zapato.

Julio Florencio Cortázar
Rayuela
Capítulo 36

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Come out of your shell

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Turn the page, continue reading… and let the next story begin

When King Lear dies in Act V, do you know what Shakespeare has written? He’s written «He dies». That’s all, nothing more. No fanfare, no metaphor, no brilliant final words. The culmination of the most influential work of dramatic literature is «He dies». It takes Shakespeare, a genius, to come up with «He dies». And yet every time I read those two words, I find myself overwhelmed with dysphoria. And I know it’s only natural to be sad, but not because of the words «He dies» but because of the life we saw prior to the words.

I’ve lived all five of my acts, Mahoney, and I am not asking you to be happy that I must go. I’m only asking that you turn the page, continue reading… and let the next story begin. And if anyone asks what became of me, you relate my life in all its wonder, and end it with a simple and modest «He died».

Your life is an occasion. Rise to it.

Mr. Magorium

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Poema imaginario

El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario.

De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios.

Todas las tardes tardes imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle imaginario
circundado de cerros imaginarios.

Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario.

Y en las noches de luna imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario.

El hombre imaginario
Nicanor Parra

Confesión: Siempre sentí tan mía la antipoesía de Nicanor Parra que hubiese jurado que es venezolano. Hoy descubrí que es tan venezolano como Pablo Neruda. Shame on me! Me disculpo con los chilenos por mi ignorancia y por el intento de robo cultural.

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