Poema imaginario

El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario.

De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios.

Todas las tardes tardes imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle imaginario
circundado de cerros imaginarios.

Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario.

Y en las noches de luna imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario.

El hombre imaginario
Nicanor Parra

Confesión: Siempre sentí tan mía la antipoesía de Nicanor Parra que hubiese jurado que es venezolano. Hoy descubrí que es tan venezolano como Pablo Neruda. Shame on me! Me disculpo con los chilenos por mi ignorancia y por el intento de robo cultural.

Acerca de Verónica V. Rodríguez G.

En la búsqueda, siempre.
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